Ahora, ¿Cómo podemos mejorar la señalización de ese sistema en cannabinoides y qué es lo que hacemos actualmente en nuestra consulta?
Porque la idea no es sólo basarnos en cannabinoides, sino que tenemos terreno bien preparado, probablemente ese cannabinoides o esos extractos van a quedar cortos para ofrecer una buena respuesta terapéutica.
Es clave para el ejercicio cardiovascular, el paciente que puede hacer ejercicio, ojalá lo haga y en los niños con epilepsia, que es uno de los temas que nos reúne, que puedan continuar con sus terapias físicas.
Lo vemos frecuentemente como a los chicos se les interrumpe su terapia física porque ya no tienen ningún pronóstico y aquí la idea es que vamos un poquito más allá y entendamos que a veces esa terapia física no es para que un niño camine, simplemente es para generar bienestar por otras vías terapéuticas.
La alimentación y una imagen vale más que mil palabras, nos hemos tardado 5000 generaciones para llegar al homo sapiens y cinco generaciones para llegar a lo que estamos viendo hoy.
No podemos pretender muchas veces que una herramienta como el cannabis funcione cuando estamos ante tremendos síndromes metabólicos donde no hay un terreno donde trabajar, donde la inflamación es tan severa que, ponerle al cannabis toda la responsabilidad se vuelve supremamente complejo.
Y aquí entender que el síndrome metabólico no sólo está dañado por esos malos hábitos que tenemos, sino también por otros medicamentos que bien o mal tenemos que usar, pero que es importante ver en qué momento podemos disminuir dosis y empezar a reemplazar con otras cosas.
Las actividades lúdicas siempre trata de buscarles, la vida sexual no se nos puede olvidar y le preguntamos a los pacientes, reírnos, sé que es difícil en época de pandemia, pero no imposible porque esas gratis no las quita nadie.